Del decir al bien decir

Ya desde Freud podemos localizar algo que está fuera del aparato del lenguaje: das Ding, la Cosa inasimilable para el juicio, lo reprimido originariamente que queda fuera de las representaciones, el “no yo” construido con lo desechado por displacentero, lo no ligado insusceptible de ligadura, etc., son distintos modos de referirse a ello.

“Lacan fue siempre buscando eso fijo = rígido (…) primero pensó en la angustia que no es sin objeto porque tiene como fundamento lo que hay de real en la exigencia pulsional (…) luego lo llamó objeto (a) goce opaco al sentido (…) gocesentido (…) al final lo llamó Uno”1. Es lo que al final de su enseñanza será nombrado en el Seminario 23, El sinthome, como “lo real sin ley”.

En el camino hasta llegar a El Atolondradicho, Lacan señala la diferencia entre el enunciado y la enunciación, siendo la enunciación la filtración de un goce pasado por la gramática, regulado por el fantasma. Pertenecen al inconsciente transferencial. El inconsciente transferencial es para Lacan: “una defensa contra lo real (…) es un saber inventado por la especie humana, para poder seguir reproduciéndose, para lograr sobreponerse a la falta de relación sexual”2.

El decir es otra cosa, tiene que ver con lo que no se puede decir. El objeto a no es el objeto. Cuando hablamos del decir, hablamos de sustancia gozante, de cuerpo hablante, y estamos a nivel de la existencia, donde lo simbólico puro es al mismo tiempo lo real.

El decir nos dará la entrada al inconsciente real, como dice en el “Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11”3, lugar de la lalengua, de esos primeros S1 que nos marcaron.

En definitiva, lo que se trasluce en el decir es el ser de objeto de cada cual, en la psicosis a cielo abierto, en la neurosis ficcionando, semblantizando a través de los dichos.

La existencia nos hace salir del lenguaje, pero para acceder a ella hay que tomarla en el nivel de la escritura, de la letra, lo cual nos lleva del decir al leer.

La operación analítica orientada por lo real puede conducir al sujeto del decir al bien decir, es decir de gozar sin saber a saber sobre su goce.

En Revista Lacaniana de Psicoanálisis 12, Jaques Alain Miller dice: “ bien decir y saber leer están del lado del analista, es propiedad del analista, pero en el curso de la experiencia analítica se trata de que bien decir y saber leer se transfieran al analizante”4.

Teresa Monreal,
Socia de la Sede de Bilbao
teremonrealamezqueta@gmail.com

 

Notas:

  1. Cf. Miller J.-A., ”El estatuto de lo real”, Freudiana 63, Barcelona, 2011, p. 20.
  2. Miller J.-A., Un esfuerzo de poesía, Paidós, Buenos Aires, 2016, p. 17.
  3. Lacan J., “Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
  4. Miller J.-A., “Leer un síntoma”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis nº 12, EOL-Grama, Buenos Aires, 2012, p. 10.