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Interpretación, corte, equívoco, solución poética y escritura

Eugenio Castro Álvarez

“Lo que hablar quiere decir” es el título de las próximas Jornadas de la ELP. Se trata de hablar y decir. Hablar se refiere al dicho y decir sobrepasa al dicho del significante en el significado. El decir sin embargo supone lalengua que va más allá al introducir el cuerpo gozante por el órgano de la lengua. Es una lectura sobre lo que se escucha de lo que se elucubra que se dice. Estamos entonces en el Lacan que apunta a lo real del goce y no al imaginario de lo simbólico que sería el sentido. Por tanto, en la interpretación no se trata del sentido si no del sinsentido del inconsciente real. Aquel que habla ya no es el sujeto sino el parlêtre que será el nuevo nombre del inconsciente, es el paso de la ontología del ser a la letra de la óntica. Del être al parlêtre, cuando la letra se inscribe en el cuerpo estamos en el misterio de la encarnación que da lugar al goce en el cuerpo. (En corps)1.

En lo simbólico del sujeto hay concordancia, en lo real hay discordancia, dicha disarmonía se embrolla. Lacan elimina la gramática en la estructura del inconsciente, pero no la lógica a la que después también sustituirá por la topología y sus figuras de los nudos borromeos.

Hay también una decadencia de la verdad que todavía está vigente en los cuatro discursos como un lugar. De la verdad en el Discurso del Amo se hace universal del significante que domina. En el Discurso universitario el saber es la verdad. En el discurso de la histérica, ella es la verdad, se ubicará diciendo “yo soy la verdad”. En el discurso psicoanalítico la verdad es un semblante que nombra varité, variable para cada uno singular, “yo la verdad hablo”. La verdad será mentirosa porque lo simbólico habla para decir mentiras, lo simbólico siempre está equivocado, yerra. En el amor ello habla prendado de las mentiras de lo simbólico. En el fantasma, alguna poesía y delirio imaginarizan lo simbólico, son construcciones simbólicas.

La interpretación apunta en el último Lacan al goce, al plus de gozar. En la interpretación no se trata solamente de sustituir un sentido por otro, sino que apunta a hacer resonancia, a hacer vibrar el goce, apunta a un acontecimiento de cuerpo.

La psicoterapia, a diferencia del psicoanálisis, es el respeto de los semblantes, de las apariencias. En el psicoanálisis la interpretación no es la vía del sentido sino del inconsciente, el unbewusstsein, que al oírlo en francés suena une-bevue, una equivocación. La psicoterapia supone un inconsciente transferencial. El psicoanálisis un inconsciente real.

Con la introducción por Lacan del sinthome cambia la práctica del psicoanálisis y el estatuto del analista. “Se elimina” la particularidad del DSM y sus trastornos, así como las estructuras de neurosis, perversión y psicosis al introducir la singularidad y el sinthome es único para cada uno. Se acabaron los universales y los particulares, solamente hay el singular de cada uno. La interpretación no consiste ya en provocar otro sentido escondido, levantando la represión freudiana. Se propone deshacer la articulación de destino para apuntar a un fuera de sentido, hay un corte en el sentido con un corte en la sesión para señalar que no se trata de cronología sino de lógica, que va desde el instante de la mirada a un tiempo para comprender para poder concluir. Las sesiones variables de Lacan tienen esa función lógica. El corte es el cambio de la verdad como ficción a la varité singular. Cortar es hacer variar la verdad hacia el inconsciente real.

El sinthome no está condicionado por el lenguaje sino por lalengua que hace del sinthome una sustancia gozante, que es lo que no cambia, los “restos sintomáticos” de los que hablaba Freud. Se trata de dejar ser al analizante en su singularidad, dejarle desplegar una ex-sistencia. Si el sinthome consiste en pensar el inconsciente a partir del goce, entonces ese pensar no es pensamiento sino panser dice Lacan, que equivale a acicalar o aliviar, que remite al escabel o skabeau.

La interpretación no es solo el desciframiento de un saber, sino que consiste en mostrar, esclarecer la naturaleza de defensa del inconsciente.

En el psicoanálisis se espera del analizante “que edite un texto”, que haga una escritura que leer, la interpretación es una lectura más que una escucha. Pasar de lo que no cesa de escribirse (IIII), de lo necesario, a lo posible que cesa de escribirse (III000), porque hay un imposible que no cesa de no escribirse (0000) y de ahí a la contingencia del No-Todo que cesa de no escribirse (000III) y que se escribe como goce, como acontecimiento de cuerpo que no se puede decir todo.

El sinthome es una manera de estar más cómodo en su miseria, una manera de arreglárselas en la vida, el sinthome es pragmático, un arreglo, un apaño, aunque sea una chapuza para ir tirando. Es un desengañado de lo universal, del “para todos”.

Cuando Lacan habla o más bien dibuja en silencio un nudo señala la jaculatoria “Hay de lo uno”2, señala pues la ex-sistencia, apunta a la óntica. Lo que no puede decirse puede escribirse. De ahí que al sujeto del inconsciente le suponemos saber leer lo que se inscribió como goce en su cuerpo.

Los poderes de la poesía pueden ser de sentido por las metáforas y las metonimias, pero pueden ir más allá del sentido como lo es en la poesía mística. “Toda sciencia transcendiendo” como escribía San Juan de la Cruz, porque no se puede “dar caza al alcance”. Es la poesía que nos interesa porque hay un corte entre el sentido y la ex-sistencia, como santa Teresa en “vivo sin vivir en mí”. Dice Jacques-Alain Miller que “una sesión de análisis siempre es un esfuerzo de poesía (…) poesía significa que no me preocupo por la exactitud ni por la concordancia de lo que digo con lo que otros creen”3.

Un analizante psicótico está seguro de que la poesía es lo que le ha liberado de estar loco y toda su escritura poética es lo que le mantiene en la vida. Él mismo es un poema ambulante al presentar su obra a los concursos de poesía en los que ha ganado varios premios con cuyo dinero sigue comprando libros de poesía de todo el mundo. En “Un esfuerzo de poesía” Miller dice: “la vida cotidiana de cada quien puede ser abordada, enaltecida, sublimada por medio de la poesía”4. ¿Ha convertido el analizante citado, su vida en una obra de arte con la que goza convirtiéndose él mismo en un poema?

Estas jornadas nos permitirán pensar la actualidad del psicoanálisis desde una renovada forma del decir, un esfuerzo de poesía tanto del lado del analista como del analizante.

 

Eugenio Castro Álvarez
Eugeniocastro@telefonica.net

 

Notas:

  1. Lacan J., El Seminario, libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 13.
  2. Lacan J., El Seminario, libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 155.
  3. Miller J.-A., Un esfuerzo de poesía, Paidós, Buenos Aires, 2016, p. 160.
  4. Ibid., p. 207.

 

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