Dora y La joven Homosexual: la interpretación y sus errores

Miller en Introducción a la Clínica Lacaniana comenta que en el Seminario 4 Lacan vuelve a toda una clínica de los fenómenos reactivos. En todos ellos lo reactivo se evidencia en el acting out del paciente lo que le permite enunciar que cuando el sujeto no asume una exigencia simbólica aparece la pulsión. Lacan usará el caso del “Hombre de los sesos frescos” para demostrar que algo ha fallado en la interpretación y que cuando eso ocurre aparece el acting out que, tal como lo define, es un control al analista. En el lugar de una palabra no dicha surge el efecto acting out. Me interesó la cuestión de lo reactivo en los casos de Dora y “La joven homosexual”, porque un error en la interpretación precipitó la salida del análisis en los dos casos.

Es a ello a lo que se consagra Lacan en el Seminario 4, tal como señala Miller se trata de la preocupación por la interpretación para poder demostrar los efectos que tiene el significante.

“La joven homosexual” cuenta a Freud sueños en los que se casa y tiene hijos, en la vida real sigue su romance con la dama y no se lo esconde a Freud como tampoco al padre. La joven dice algo así como “sueño eso que mi padre desea y probablemente usted también”. Freud toma estos sueños efectivamente como un indicio de transferencia, y se pregunta si siendo al parecer contrarios a lo que la joven dice desear (a la dama), el inconsciente entonces puede mentir. Tal como lo señala Lacan, del desarrollo de Freud se deduce que el sueño puede efectuarse como una mentira en lo imaginario y ser verdadero en lo simbólico, y que lo que le ocurre a Freud es haber tomado demasiado en serio el deseo de la joven de engañarlo, atribuyéndole una intención de enredarlo, y por lo tanto como algo dirigido exclusivamente contra él. La voluntad de engaño es la transferencia de la joven, y como tal tenía que haberla aceptado, ocupando este lugar del Otro engañado. Freud con su explicación sobre la formación de los sueños, indica que aquello que es esencial del inconsciente es la relación con el Otro y que esta relación implica en su fundamento la posibilidad de que se efectúe como una mentira (en el caso el deseo de engañar al padre y por lo tanto por transferencia a Freud). Entonces en vez de tomar la vía del deseo de engañar y seguir el análisis en este punto, le dice a la joven que eso es lo único que pretende, con lo cual aborta cualquier tipo de posibilidad de revelar el contenido del sueño y el lugar al cual éste apuntaba. Concibe el sueño en la perspectiva del engaño y por lo tanto en su intencionalidad preconsciente. Mentiroso en lo imaginario, verdadero en lo inconsciente, señala Miller, porque en el inconsciente existía ese deseo desde el inicio y esto es lo que Lacan va a desarrollar: “lo que se formula en el inconsciente…, lo que en el origen está desviado, a saber, su propio mensaje que proviene del padre bajo una forma invertida, bajo la forma de tu eres mi mujer, tú eres mi amo, tu tendrás un hijo mío (…) la promesa en que se basa la entrada de la niña en el Edipo”1. Todo lo que estaba en el origen de la hipótesis inicial de Freud. De la doble perspectiva Freud sólo percibe la cuestión del engaño y en vez de dejarse engañar la deriva a una colega. “Si Freud observa de todos modos que aquí se produce algo del orden de la transferencia no extrae la consecuencia estricta, ni tampoco el método correcto de intervención”2.

En el caso de Dora el error en cuanto a la interpretación es equivocarse de objeto, no haberse dado cuenta a tiempo que el verdadero objeto de amor de Dora era la Sra. K quien se convertía para ella en su pregunta sobre qué es una mujer. En una nota al pie Freud señala que no pudo darse cuenta en su momento que existía una intensa corriente amorosa hacia la Sra. K. Lacan destaca esta cuestión para añadir que lo que le parece importante es tener en cuenta que no es sólo que Freud lo reconozca a posteriori, sino que en realidad se puede leer a lo largo de toda la observación que verdaderamente hay una ambigüedad en lo que hace referencia a la relación de Dora con la Sra. K.

Miller señala que lo interesante en el caso hubiera sido apuntar a la pregunta de qué es una mujer, cuestión que es la que está en el fondo del interés de Dora por la Sra. K. Por otro lado, y tal como lo desarrolla después Lacan, se trata de formular cuál es la ambigüedad no resuelta en relación con el vínculo libidinal que Dora mantenía tanto con el Sr. K como con la Sra. K.

Dolors Arasanz,
Socia de la sede de la CdC-ELP
maridulos@yahoo.es

 

Notas:

  1. Lacan J. Seminario IV, La relación de objeto. Paidós, 1994. p. 137.
  2. Ibid. p. 138.