Nombrar y ser nombrado para…

En su Seminario Les non- dupes errent Lacan distingue la nominación de lo que él llama “ser nombrado para”, que es aquello a lo que el Otro nos destina, es un “tú serás….”, más que un “tú eres”, que está más del lado de la nominación. El “tú serás ….” no es un mandato superyoico sino una especie de destino que nos prescribe el Otro.

Podemos pensar que “ser nombrado”, en un sentido fuerte, es lo que permite no sucumbir al “ser nombrado para…”, forma de sumisión que puede producir una alienación despersonalizante en sujetos en cuya vida se realiza según la prescripción que el Otro les ha dirigido sin que lleguemos a saber dónde está su propia verdad, ni qué pasó con ella. Pero también puede ocurrir que la respuesta del sujeto a la prescripción que viene del Otro sea el rechazo o la revuelta dando lugar a lo que se llama en psiquiatría “problemas de personalidad”.

En contraposición al decir que nombra, el decir no es un decir que nos dice lo que debemos ser.

La nominación propiamente dicha es aquella que anuda, es decir que hace lazo social. En la lección del 15 abril del 75, Lacan encadena una serie heteróclita de fórmulas sobre la nominación: la pareja sexuada, la nominación de AME y el cartel.

La pareja sexuada, un hombre/una mujer, eso da un nosotros. La tesis de partida es que no hay relación sexual, es decir que no hay relación entre los cuerpos en tanto cuerpos vivos. Sin embargo hay un lazo y un nudo posible. El nudo del amor no supone únicamente la pareja de los significantes h/m, supone también un decir que está en más.

Es lo que vemos en los 4 discursos. Cada uno de ellos, el del amo, el de la universidad, el de la histérica y el analítico, está instituido por un decir que Lacan remite a un nombre propio, lo que es una forma de indicar que el acto de decir es instituyente de los discursos que a su vez instituyen el orden social. Decir→discurso→orden social.

Volviendo a la relación de los sexos, para los individuos vivos y sexuados, los sexos no están anudados, son dos Unos, pero pueden anudarse por medio de la nominación, un “tú eres mi mujer” es un dicho de nominación.

No obstante, el hecho de que la pareja se anude por la nominación no significa que no se pueda desanudar más allá de las palabras plenas en las que se haya fundado. En otras palabras, la palabra plena no es del orden de lo necesario. Lacan habla del desanudamiento de la pareja bromeando con un “tuer ma femme”, que se confunde con “tu es ma femme”, en la lengua francesa.

Pero Lacan no se queda aquí y añade también que lo que está en el fundamento de la posibilidad de la palabra plena anudando la pareja, es la prohibición del incesto.

Prohibición que viene desde Freud y que es estructural, prohibición que viene del agujero de lo simbólico de donde surge la nominación. Agujero de lo simbólico→Nominación.

Esta es una forma de decir que en toda palabra plena instituyente del partenaire, hay algo más que el dicho de la palabra plena, hay también un decir y no olvidamos que el acto de decir, el “que se diga” surge del agujero de lo simbólico. Agujero de lo simbólico→Decir

Podemos decir lo mismo de la interpretación cuando opera y preguntarnos: ¿qué opera en la interpretación cuando opera?

¿Son los significantes movilizados o es lo que Lacan llama su “jaculación”? La jaculación es una palabra que designa muy bien la epifanía de los decires, la aparición del acto de decir, del “que se diga”. Para la interpretación, ¿hay que decirla bien?, Lacan plantea la cuestión y la deja en suspenso.

Para concluir, el decir es del orden de lo contingente, es del orden de “lo que cesa de no escribirse y se escribe” y oscila entre lo que cesa de no escribirse y lo posible, definido por Lacan, como lo que cesa de decirse o de escribirse. Lo que muy bien podría llevarnos a preguntarnos ¿ qué nos garantiza que el decir del padre sea para toda la vida?

En la serie que Lacan nos da de nominaciones, el AME es un título que dice que ese AME da cuenta de la formación de su Escuela y en 1975 se pregunta ¿cuáles son los criterios de nominación? Pregunta que insiste desde el momento mismo en que hay nominación.

El mismo da una respuesta, su respuesta es: “y bien es simplemente que ellos (AME), no darán un mal efecto de su Escuela” y “dar un mal efecto con respecto a su escuela” sólo puede hacerse a causa de “haberle dado más de la cuenta a la botella, -nos dice, tanto como para pensar que han terminado su formación”, pues la idea de Lacan es que la formación del analista es interminable.

 

Araceli Fuentes,
Psicoanalista en Madrid
arafuentesgr@gmail.com

 

Bibliografía:

Lacan J., Seminario 21, Les Non-dupes-errent [1973-1974], inédito.