Much ado about nothing

Converting all your sounds of woe
Into hey, nonny, nonny
W. Shakespeare1

 

Lo que hablar quiere decir, título de las próximas Jornadas de la ELP ¿tiene el mismo estatuto que preguntarse de qué hablamos?

Entre los estudiantes de psicología, hace muchos años y muchos mares, circulaba el chiste: Fulanito me dijo hola, ¿qué me habrá querido decir” …Y también el reparo entre algunos “legos”: “cuidado, no hables mucho que te analiza”. Algo en el horizonte de aquella época, parafraseaba la película “En busca de la esmeralda perdida”. En esta ocasión, el plus venía dado por la sustitución de Sentido por Esmeralda.

Der Sinn, el sentido, es el nombre de la Conferencia 17 de Introducción al Psicoanálisis de S. Freud. Efectivamente, si Freud aportó algo, es eso: los síntomas tienen sentido y sólo se interpretan en función de sus primeras experiencias, la realidad sexual. Pero, no sólo se trata de Sinn, sino de Sinn und Bedeutung, que designa la relación con lo real

“¿Si no hubiese palabras de qué podría testimoniar el hombre?”2

De la palabra vacía a la palabra plena, de Función de la palabra en el campo del lenguaje que escribiera Lacan en 1953; de la intersubjetividad al monólogo de la apalabra, no se trata de equivocación, o de haber tomado una vía y ahora tomar otra. Como señala J. A. Miller: “Es mucho más fuerte no dejar nada detrás, retomarlo, vestir a la princesa con nuevos atuendos luego de haberla desvestido, y mostrar que ahora es republicana. Es lo que hace Lacan, y en el camino, es mucho más interesante”3.

Miller nos da la siguiente orientación: “La posición analítica consiste en suspender toda idea de lo que el paciente quiere decir cuando dice algo”4. No se trata de alimentar al pececito voraz con sentido como menciona Lacan en La tercera5.

Lacan advertía muy pronto acerca de los efectos ilusorios de la comprensión. Tomo por ejemplo, su Seminario 3, Las Psicosis:

“La comprensión consiste en pensar que hay cosas que son obvias, que, por ejemplo, cuando alguien está triste se debe a que no tiene lo que su corazón anhela. Nada más falso: hay personas que tienen todo lo que anhela su corazón y que están tristes de todos modos”6.

Precisamente, porque el significante es engañoso, su uso no pasa por significar algo, sino por engañar acerca de lo que ha de ser significado. En efecto, Lacan extrae que en la comprensión, lo subjetivo no está del lado del que habla. Lo subjetivo es algo que encontramos en lo real…

Entonces, lo que hablar quiere decir no se refiere a lo que el paciente quiere decir cuando dice algo.

Lo que hablar quiere decir, ¿es acéfalo, mejor dicho, del lado del objeto? Entonces ¿Quién habla? Lacan dirá “allí donde eso habla, goza, y no sabe nada”7.

No se trata de lo que quiere decir el sujeto cuando habla. No es la búsqueda del sentido en las palabras. No son los dichos, sino el decir. No es el sentido pues, sino el sin-sentido. ¿El sin-sentido hace semblante de lo real?

Así pues: ¿hablar y decir pertenecen al mismo orden? Del “Diga todo lo que se le ocurra” de la asociación libre del método psicoanalítico, al “que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye”8, hay el pasaje del Inconsciente transferencial al Inconsciente real.

Pero también en la asociación libre del “diga lo que se le ocurre”, se apunta no sólo a la verdad que habla en las formaciones del inconsciente, sino a un cierto ejercicio de la apalabra, “allí donde eso habla, eso goza”9.

Pero hace falta que hable, hace falta que decir haya allí, para que un dicho sea verdadero.

Entonces esta pareja: no andar sin , eso no anda sin decir, conduce al decir que “nohay (nya)”10: no hay nada que haga relación con un enunciado. “El significado del decir solo es ex–sistencia al dicho (al dicho de que no todo puede decirse)11. El decir se acopla al dicho por ex-sistirle12.

Pero eso, eso no quiere decir nada. Ese es la orientación por la que hay que pasar para extraer el eso quiere gozar.

Blablabla, como el acto de bablear, si se pudiera jugar con el neologismo, apunta a la palabra hueca, al mucho ruido y pocas nueces; apunta a la resonancia del sin sentido del “hey, nonny nonny”. Surco, desde el suspiro de la queja, pasando por la cifra del síntoma analítico hasta el pase de lo indecible de la letra de goce escrita en el cuerpo.

Fabiana Lifchitz
Psicoanalista en Las Palmas de Gran Canarias
lifchitzshilmanfabiana@gmail.com

 

Notas: 

  1. Sigh No More, Ladies (from Much Ado About Nothing) – The Gladdest Thing.
  2. Lacan J., “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”. Intervenciones y Textos 2. Manantial, Buenos Aires, 1993, p. 125.
  3. Miller J.-A., La fuga del sentido, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 152.
  4. Miller J.-A., Causa y consentimiento, Paidós, Buenos Aires, p. 387.
  5. Lacan J., “La tercera”, Intervenciones y Textos 2, Manantial, Buenos Aires, 1993, p. 84.
  6. Lacan J., El Seminario, Libro 3, Las psicosis, Paidós, Buenos Aires, 1986, p. 15.
  7. Lacan J., El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1991, p. 127.
  8. Lacan J., “El atolondradicho”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2021, p. 473.
  9. Miller J.-A., La fuga del sentido, op. cit., p. 157.
  10. Ibid, p. 478.
  11. Ibid, p. 496.
  12. Miller J.-A., Un esfuerzo de poesía, Paidós, Buenos Aires, 2016, p.61.