Automutilaciones en los sujetos autistas en su modo de decir

A partir del trabajo en un cartel express conformado en relación a los próximas Jornadas de la ELP cuyo título propuesto es “Lo que hablar quiere decir”, en el cual se incluye el eje de trabajo: Lo que aprendemos de los autistas de lo que hablar quiere decir, me surgen diversos interrogantes:

¿Qué implica el hablar en los sujetos autistas? ¿Qué son estas frases espontáneas que, en ocasiones, cuando los autistas logran salir de su mutismo, son emitidas?

Encuentro en el texto de Eric Laurent La batalla del autismo, una orientación: «una frase espontánea o una vocalización aislada debe ser considerada, no como una palabra, sino como una «situación de cuerpo» tomada en su conjunto, en las dimensiones real, simbólica e imaginaria. Cuando estas frases pueden surgir es en una situación de tensión extrema o angustia. El sujeto las emite del mismo modo en que perdería un pedazo de sí mismo, sus heces, un salivazo, un alarido, sangre. Son emisiones del cuerpo, pedazos de goce, especies de automutilaciones”1.

¿Cómo se puede pensar estas emisiones del cuerpo? ¿qué articulación entre hablar y esta especie de automutilaciones de cuerpo?

Partiendo de la propuesta de Maleval de que los sujetos autistas «hablan fácilmente, pero con la condición de no decir, no ponen en juego su goce vocal. (…) puesto que la voz, en tanto objeto pulsional, no es la sonoridad de la palabra, sino que comporta la presencia del sujeto en su decir»2, podemos pensar en la posición de los sujetos autistas cuando se trata de ceder el goce y la angustia que les compromete en el acto del habla. Pues, ¿qué se pone en juego en el acto de hablar? Encuentro otro hilo con la siguiente aclaración de Maleval: «La voz es un objeto pulsional que presenta la especificidad de comandar la identificación primordial, de manera que el rechazo radical de ceder sobre el goce vocal afecta a la inscripción del sujeto en el campo del Otro. (…) Para que la voz responda, precisa Lacan, debemos incorporar la voz como alteridad de lo que se dice (…) la llamada al Otro, la llamada pone en juego la alteridad y la cesión del goce vocal al goce del Otro»3.

El caso Dick comentado por Lacan en seminario 1 ilustra esta posición; Lacan dirá: «Si resumimos ahora todo lo que describe Melanie Klein acerca de la actitud de este niño, el punto significativo es simplemente éste: no dirige ningún llamado. El sistema por el que el sujeto llega a situarse en el lenguaje está interrumpido a nivel de la palabra»4.

Retomando el caso Dick, encuentro en la sesión 5ª la siguiente apreciación que describe Melanie Klein: «Dick había descubierto el lavatorio y manifestaba un extraordinario temor a mojarse con agua, cada vez que sumergía sus manos o las mías se apresuraba ansiosamente a secarlas, del mismo modo manifestaba idéntica angustia al orinar o defecar. Posteriormente, en una oportunidad Dick se llevó a la boca un hombrecillo de juguete y rechinando los dientes dijo: “Tea Daddy” Enseguida pidió un vaso de agua».

¿Se podría pensar que tras esta «situación de cuerpo», en la que desprende este «tea Daddy” rechinando los dientes, que cierta extracción se produciría?

Podríamos pensar que cierta extracción se produce tras la incorporación de algo nuevo (el hombrecillo de juguete); y que tras esa «situación de cuerpo” vendría a advenir esa frase espontánea (Tea Daddy). Entonces, podríamos leer que, tras esta extracción, tras esta cesión, tras cierta pérdida que compromete al cuerpo, le permitiría entrar a Dick en un circuito de intercambio con Melanie Klein.

Pienso también que nos enseña de qué modo el cuerpo está implicado en un decir cuerpo; que tomando la noción de cuerpo que a partir de 70 Lacan sitúa como un agujero; y que si seguimos la tesis planteada por Laurent de la forclusión del agujero, podemos leer que el agujero corporal (real pulsional) (así como el agujero que implicaría el S (A) tachado) está «bouché» en los sujetos autistas; por tanto, sin ese agujero, ante la tentativa de extraer el goce vocal implicado en el decir, ese goce no incorporado, lo-fuera-de cuerpo-del objeto a, lo que se produce adquiere ese modo tan radical.

Como Dick, muchos testimonios de sujetos verbosos nos enseñan, aunque de manera radical, el misterio del cuerpo hablante, comprometiendo pedazos de su cuerpo y de su existencia, que “nos hacen presente el cuerpo que se olvida en el decir «5.

Jorge Lastra,
Participante Antena Clínica Bilbao
Jorgelastra38@gmail.com

 

Notas:

  1. Laurent E., La batalla del autismo, Grama, Buenos Aires, 2013, p. 109.
  2. Maleval J.C., “Más bien verbosos. Los autistas”, Freudiana 51, 2008, p. 79.
  3. Ibid., p. 87.
  4. Lacan J., El Seminario, libro 1, Paidós, Buenos Aires, 2019, pp. 134-135-136.
  5. Laurent E., La batalla del autismo. Op. cit., p. 115.