Entrevista a Nacho Angulo

Graciela Sobral: ¿Qué se dice cuando se habla?
Nacho Angulo: Se dice lo que se quiere decir, sobre todo lo que no se quiere decir y se intenta decir lo que no se puede decir. En mi caso, cuando uso la palabra en la vida, como escritor, tengo una apreciación de su uso muy sobrevalorado. La palabra puede llegar a decir cosas muy importantes, pero también hay cosas que no se pueden decir con la palabra. En parte yo pinto por eso, porque no pinto con palabras, y ahí aparece un límite donde aparece el pintor. Lo que puedo decir con la palabra llega a un límite a partir del cual, pinto.
Estoy desde pequeño conectado a la pintura, mi padre era muy aficionado a la de su tiempo, y yo he vivido ese mundo tanto viendo obra como conociendo a otros pintores que eran amigos de mis padres. Esto puso en funcionamiento algo que había en mí, desde pequeño mis padres vieron esto y lo fomentaron. Un amigo de mi padre me daba clases de pintura, él hacía un boceto para que yo continuara, pero cuando me quería corregir lo que hacía, no se lo permitía. Ese era mi objeto. Pero yo, así, no aprendía nada. Luego más adelante me fue a ver a una exposición y él dijo, en broma, tantos años enseñándole a pintar y se ha vuelto ebanista. Pero me compró un cuadro.
Mis padres tenían una casa en el campo, y había unas personas que la cuidaban, uno de ellos tenía un gran amor por la madera. Él le enseñó mucho. El encuentro con este hombre y con los amigos de mis padres fueron muy importantes. Sus padres querían que hiciera una carrera, comenzó a hacerla, pero ese no era su verdadero deseo. No quiso estudiar y se dedicó a pintar viviendo en una situación económica muy reducida.
Se dedicó a pintar, tratar de vender su obra y a los afectos con las mujeres.
La primera pintura que hizo era muy expresionista, muy desgarradora. Pero la propia pintura le pedía más, lo llevaba a crear un mundo propio y así fue. No quiso aceptar los trucos que hay para decir en pintura determinadas cosas. Entonces decidió dejar de pintar con las reglas habituales. Trabajó con contrachapado y la pintura está soportada en un muro que no se ve. Eso es pintura, que tiene una magia distinta de la escultura. La pintura es más escenario, más teatral, más mentira. La escultura es más real para mí y la pintura tiene eso que no sé lo que es.
Esto tiene que ver con el título de las jornadas, cuando se habla se dice algo que está más allá del decir. Con la escultura también se puede hacer eso, pero en mi caso, la realidad del objeto es excesiva para mí, no me deja ir a un lugar que no sé cual es; la pintura, sí. La pintura tiene más algo que no sé lo que es. Con la pintura trato de decir algo que está más allá del hecho de decir.
La realidad del objeto sin un escenario hace que sea excesiva para mí, no me deja ir a un lugar que no sé cual es. (Si hay un hueco, si hay una superficie que sean reales de hecho me dedique a hacer una obra que era una cantidad de huecos, si hay un hueco, si hay un agujero, que sea real, frente a ese lugar con un agujero yo necesitaba llenarlo de algo, lo llenaba de una especie de pedrería de muchas piezas que para mí era la representación de algo que era lo más vital posible.) Recuerdo un libro de Bachelard sobre el agua que me impactó muchísimo y deseaba pintar los fluidos.
Lo que había dentro del agujero era un contraste con lo que no había dentro, luego pensé que todo lo iba a ocupar lo que estaba dentro del agujero, esa es una expresión de la totalidad.
Recuerdo una obra que se llamaba delirio, como un trampolín, tú te tiras a la piscina y haces una huella en el agua. Eso es una obra.
Ahora han aparecido varias cosas en mi trabajo, los mapas que son muy importantes, con los mapas siempre aparecen piezas circulares, que todavía no sé lo que son. Tengo varias formas con los mapas, por ejemplo, Europa, que la giro y queda todo al revés, la vida y la muerte.
Estoy en un trabajo acumulativo, obsesivo, difícil de acabar. En relación al psicoanálisis, he tenido dos experiencias satisfactorias.
Graciela Sobral
Psicoanalista en Madrid
grasobral@gmail.com